La obra Càsting Giulietta está protagonizada por nueve actrices, dos de las cuales tienen una larga experiencia en el mundo del teatro. Àurea Márquez, una de ellas, hace más de veinte años que está encima de los escenarios y ante la cámara. Ha protagonizado series de televisión como A la ciutat (2003) y Com si fos ahir (desde 2017). En la obra, ella es la encargada de llevar el hilo conductor. Defensora del valor de las personas independientemente de la edad y lucha contra el edadismo, este proyecto ha sido especial para ella.
¿Cuál fue tu primer pensamiento cuando te propusieron participar en Càsting Giulietta?
Mi primera reacción fue un gran entusiasmo, mucha alegría. Yo había visto el espectáculo Sis personatges, también dirigido por Juan Carlos Martel, que me había fascinado. Había encontrado una verdad y un sentido que no siempre encuentro en el teatro y poder participar en un proceso similar me pareció un privilegio.
¿Habías participado en algún proyecto parecido? ¿Qué tiene de particular esta obra?
No había participado nunca en un proceso así. Siempre he hecho obras de teatro de texto. Este montaje tiene la particularidad que se ha creado a partir de las aportaciones de las actrices. Marc Artigau, el dramaturgo, ha confeccionado la estructura y el texto a partir de lo que pasaba en la sala de ensayo, con el fin de que ellas estuvieran cómodas y que el espectáculo tuviera “verdad”.
¿Qué significa para ti este proyecto?
Este proyecto da sentido a mi profesión. Como intérprete, necesito ponerme al servicio de propuestas en las que creo. Propuestas que yo considero que tienen una función dentro del momento y lugar en el que vivimos. Sinceramente, me siento orgullosa de salir al escenario para hacer Càsting Giulietta con mis compañeras.
¿Qué ha representado trabajar con siete mujeres mayores no profesionales del teatro? ¿Nos puedes explicar algún momento muy especial de este proceso o alguna anécdota?
Trabajar con las Giuliettas ha sido un proceso del todo diferente a los que estoy acostumbrada. El juego, el hecho de jugar, ha sido un elemento muy presente y me ha permitido reconectar con esta libertad y frescura que siempre tendríamos que sentir en el escenario. La entrega y la espontaneidad de mis compañeras, incluida Clara Manyós (la otra actriz profesional), han convocado las mías y hacen de cada función un acontecimiento único y especial, junto con la complicidad del público. Como anécdota, las primeras dificultades que tenían a la hora de “mentir” o de repetir una respuesta: -“Si esto ya te lo expliqué ayer!”.
¿Has observado alguna evolución en las Giuliettas desde que empezaron los ensayos?
Las Giuliettas han hecho una evolución brutal. Además del crecimiento particular de cada una en términos de seguridad escénica, precisión y concentración, se han cohesionado como grupo, haciendo crecer la complicidad y el apoyo mutuo tanto dentro como fuera del escenario.
Las personas mayores están estigmatizadas por buena parte de la sociedad. Después de haber trabajado tantos meses con mujeres mayores, ¿ha cambiado tu visión de ellas?
Por mi manera de ser, porque siempre me ha interesado la gente en general y porque me gusta que me expliquen cosas, mi visión no ha cambiado mucho, sino que se ha reforzado lo que siempre he creído: que toda persona tiene algo que aportar, que descubrir y que experimentar, siempre, hasta el último día. No me gusta la condescendencia o la conmiseración con la que a veces se trata la gente mayor. Creo en la colaboración y el intercambio y en la importancia de sentir que participas de la vida.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir sobre las personas mayores, y en especial de las mujeres mayores, a la sociedad?
Que las personas mayores son portadoras de sabiduría y experiencia. Isabel Allende, en una entrevista que le hicieron, decía a propósito de hacerse mayor: “*Hacerse viejo no está hecho para pusilánimes.” El coraje de observar tu propio envejecimiento y a la vez conservar la ilusión y la firmeza me parece una proeza que nos tendría que admirar y tendríamos que valorar. La gente mayor ha vivido en el pasado, pero forma parte del presente.
¿Te gustaría participar en un “Casting Romeo”?
¡Me encantaría! Pero no querría abusar, quizás le tocaría a alguno otro actor o actriz, ¡que no hay tanto trabajo y se tiene que repartir!