Por las mujeres mayores invisibilizadas, alcemos la voz

Esta semana se ha celebrado el Día Internacional de la Mujer, y el color morado ha teñido las calles, las redes sociales y las noticias de los medios. Son días para reflexionar sobre las mujeres pero especialmente sobre las mujeres mayores.

Desde Amigos de los Mayores acompañamos a personas mayores que necesitan acompañamiento emocional, luchando contra la soledad no deseada. Observando nuestra base social, vemos que el 85% de las personas acompañadas son mujeres y el 75% de las personas voluntarias también lo son.

El perfil mayoritario de persona mayor que acompañamos es una mujer de más de 84 años, viuda, con hijos, que padece algún tipo de enfermedad o impedimento de movilidad, y vive sola.

La discriminación de género es la segunda más presente después del racismo, pero, además, deben contemplarse los casos de personas que sufren múltiples discriminaciones. Una de las más habituales es la combinación de las discriminaciones de género y edad. Si al hecho de ser mujer en la sociedad actual, le sumamos el hecho de ser una persona mayor, todos los prejuicios, clichés y discriminaciones se multiplican.

Desde la Fundación luchamos contra el edadismo (discriminación por edad) que sufren las personas mayores, pero en el marco del Día Internacional de la Mujer queremos poner el foco en el edadismo machista que sufren miles de mujeres mayores.

La sociedad siempre ha visto a la mujer como a la cuidadora por excelencia, sea con los hermanos o hermanas, hijos, hijas, nietos o nietas… A menudo al cargo del hogar y la familia y, en muchos casos, trabajando también fuera de casa, las mujeres han sufrido, y sufren, muchas cargas y responsabilidades, con la presión social de tener que lidiar con todo.

En muchas ocasiones, mujeres que durante toda su vida han desarrollado este rol, y siempre han puesto a los demás por delante de su persona, llegan a una edad avanzada en soledad, y en muchos casos, sintiendo soledad no deseada. Sin poder cuidar de nadie, pero, sobre todo, sin nadie que pueda acompañarlas y, llegado el caso, cuidar.

Esta generación de mujeres silenciadas, invisibilizadas y discriminadas por una sociedad patriarcal y machista, son las mujeres a las que no se escucha, que no pueden levantar la voz para compartir su situación y hablar sobre la soledad que sufren.

Por eso, esta semana, y siempre, hay que reflexionar, abrir los ojos y observar nuestro alrededor, porque quizás muchas de las mujeres mayores que nos rodean, a pesar de no explicitarlo, se sienten solas. Porque nosotros podemos acompañarlas y cambiar su realidad.

Desde Amigos de los Mayores nos sumamos a la reivindicación de la mujer en la sociedad. Por todas las mujeres y, en especial, por las mujeres mayores que han abierto camino, y todas las que lo siguen haciendo, por su lucha y la mejora de la sociedad que han hecho posible.

Por ellas, por nosotros, alcemos la voz.

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