Como cada 1 de octubre desde el año 1990, celebramos el Día Internacional de las Personas Mayores y, este año, además de participar como entidad en los diferentes actos y actividades programadas durante los próximos días en las ciudades y municipios donde estamos presentes, lo hacemos con un esperado encuentro de las personas voluntarias de la Fundación.
La crisis sanitaria y social que hemos vivido los dos últimos años ha supuesto un punto de inflexión para la revisión del modelo de atención a las personas mayores.
Según la evolución de la pirámide poblacional, la soledad no deseada de las personas mayores es un fenómeno que irá a más con el paso de los años. En España más de 2 millones de personas de más de 65 años viven solas, y se presenta como uno de los principales retos que deberemos afrontar como sociedad.
Consideramos que el Día Internacional de las Personas Mayores es el momento de visibilizar la situación que viven miles de personas mayores y hacer las siguientes peticiones:
- Consideramos imprescindible garantizar los derechos y la autonomía de las personas mayores, como grupo de edad diverso no homogéneo ni vulnerable en su totalidad. Como personas con autonomía de decisión que participan en los diferentes ámbitos de la Sociedad. Sin estereotiparlas, ni con medidas paternalistas que las trata únicamente como personas dependientes, vulnerables, pasivas y sin capacidad de autocuidado.
- Pedimos tener en cuenta las necesidades de las personas mayores activas y autónomas que participan de la vida social y comunitaria de forma habitual, ya sea en bibliotecas, centros de personas mayores, centros de jubilados, etc. Creemos importante promover los encuentros en esos espacios y la socialización, especialmente de aquellas personas que acuden a estos centros, como un recurso imprescindible para hacer frente a su situación de soledad no deseada.
- Es necesario situar la soledad y el aislamiento como un elemento central de las políticas sociales, interactuando con un movimiento ciudadano que sea capaz de detectar situaciones de aislamiento y que vinculen a las personas con su comunidad, incluyendo así la acción comunitaria como un pilar fundamental de la intervención.
- Requerimos establecer medidas de acompañamiento a las personas mayores, poniendo el acento en todas las redes de proximidad, de asistencia primaria y de servicios básicos. Es necesario seguir tejiendo relaciones comunitarias y dar apoyo a las iniciativas ciudadanas como las redes de apoyo vecinal.
- Hace falta invertir recursos en la realización de encuestas e investigaciones que nos permitan cuantificar la realidad social para poder avanzar en la definición de políticas y programas. Como la soledad es una percepción subjetiva, es muy difícil cuantificarla y medirla, y no hay datos actualizados sobre la prevalencia del fenómeno.
- Es esencial revisar el modelo de cuidados de larga duración y avanzar hacia la Atención Centrada en la Persona, fortaleciendo la conexión entre salud y residencias para que todas las personas residentes tengan pleno derecho a la atención sociosanitaria, haciendo posible que sean hogares donde desarrollar el proyecto vital de las personas.
- Urge transformar la mirada que hay sobre la vejez y las personas mayores para poder hacer frente al edadismo que predomina en todas las capas de la sociedad, unas actitudes discriminatorias que tienen consecuencias psíquicas y físicas para las personas mayores. Esto requiere un trabajo transversal que permita reeducar a la sociedad, poniendo el acento en los activos y las capacidades de las personas mayores, evitando los prejuicios y estigmas que vemos en nuestro día a día, en la educación, la cultura, la publicidad, en el discurso mediático o en el vocabulario que usamos de forma cotidiana.
Es por ello que, como Fundación, seguimos impulsando la campaña “Reescribamos la vejez”, ya que, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la edad es la tercera causa de discriminación en nuestra sociedad. La institucionalización de este sentido peyorativo llega a tal punto que la Real Academia de la Lengua Española define vejez como “Achaques, manías, actitudes propias de la edad de los viejos. Dicho o narración de algo muy sabido y vulgar.”
Consideramos que esta definición no representa la vejez tal y como la conocemos. En lugar de dignificar y poner en valor las muchas virtudes que atesoran las personas mayores, las estigmatiza poniendo el foco en prejuicios, en la enfermedad o el deterioro. Creemos que es una definición que no se ajusta a la realidad y tiende a confundir y mantener vivos los estereotipos que luego leemos, escuchamos y vemos en muchos ámbitos de nuestro día a día con connotaciones peyorativas tales como los “achaques de la vejez”.
En el marco de la campaña, hace un año se puso en marcha una recogida de firmas a través de la web www.reescribamoslavejez.org para implicar a toda la ciudadanía y sumar el apoyo de aquellas personas, entidades, empresas y organizaciones que quieren formar parte del cambio, tal y como hacemos desde la Fundación Amigos de los Mayores, para defender una vejez digna.
En el Día Internacional de las Personas Mayores, ¡Firma, difunde la campaña y únete a nosotros en la lucha contra el edadismo!