¿Existen diferentes tipos de soledad en la vejez? La respuesta es sí, además, cada una de ellas nos afectará de diferente manera, a continuación, las definiremos. Pero, antes de nada, nos parece muy importante destacar que la soledad no es una cuestión de edad, por lo que no debemos caer en la normalización de ésta en determinadas etapas, como la vejez.
Tipos de soledad en la vejez
La soledad es un sentimiento que podemos padecer a lo largo de toda nuestra vida, ya seamos un adolescente de 15 años o una persona mayor de 85 años. Dicho esto, los diferentes tipos de soledad en la vejez a las que podemos enfrentarnos son dos:
Soledad deseada
En este tipo de soledad, la persona se siente sola porque así lo escoge, los factores externos tienen muy poco peso y no la imponen. Se la considera una soledad positiva o de crecimiento personal, ya que tiene un efecto gratificante en las personas y despierta emociones positivas.
No requiere de ningún tipo de intervención, porque se trata de un estado deseado.
Soledad no deseada
Este otro tipo de soledad es muy diferente al anterior, es la soledad no escogida por quien la padece. Se trata de una experiencia personal negativa, no voluntaria e incontrolable. En la mayoría de los casos, las personas perciben carencias en sus relaciones, aunque este puede no ser el único motivo que provoque el sentimiento de soledad.
La soledad no deseada sí que requiere de intervención, en este post compartimos algunos recursos para sobrellevar la soledad no deseada en la vejez.
Hasta ahora hemos hablado de la soledad, pero es importante destacar que ambas son percepciones subjetivas que derivan en sentimientos. Llegados a este punto, nos parece importante definir dos conceptos más, que suelen estar estrechamente relacionados con la soledad, pero que no son lo mismo.
Estar solo/a
A diferencia de la soledad, estar solo/a no es un sentimiento subjetivo, sino un hecho objetivo, pero es una experiencia consciente y controlable, ya que es una decisión tomada por la persona, quien escoge o decide estar sola.
No se valora, por lo tanto, positiva o negativamente, sino de manera neutra.
Aislamiento social
El aislamiento social es también un hecho objetivo, de la misma manera que sucede con estar solo, pero la diferencia es que la persona no lo escoge. Habitualmente, el aislamiento social es percibido negativamente por aquellas personas que lo padecen y se caracteriza por la ausencia de contacto social o de red de apoyo.
De esta manera, las posibilidades se multiplican y dan forma al complejo fenómeno de la soledad. Podemos estar rodeados de personas y sentirnos extremadamente solos, así como podemos estar solos y no sentirnos así. Esto pone el foco en nuestras emociones, cómo nos hacen sentir determinadas situaciones.
Dependiendo del tipo de soledad que sientas desde Amigos de los Mayores te animamos a que, siempre que tus emociones sean negativas, lo cuentes y busques apoyo. Nuestras emociones son muy importantes y gestionarlas correctamente nos ayudará a tener una vida plena y poderla disfrutar al máximo. Si estos sentimientos se producen durante la vejez, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, estamos aquí para ti.