Aprender a tejer con personas mayores. Un ejemplo de socialización

Puede parecer solitaria, pero tejer es una actividad de socialización magnífica y si, además, podemos aprender de las manos de la experiencia, las de las personas mayores, los beneficios se multiplican.

La bufanda de la iaia, una socialización muy creativa

El proyecto de La bufanda de la iaia nació en el año 2015 con un doble objetivo, generar un espacio de socialización y aprendizaje intergeneracional, así como concienciar a la sociedad, demostrando que las personas mayores todavía tienen mucho que aportar.

En estos talleres ponemos todo el material necesario a disposición de las personas mayores y otros participantes, para que puedan aprender a tejer y hacer su propia bufanda. La dinámica es muy sencilla, las personas mayores son las encargadas de enseñar a aquellas personas que no saben tejer, convirtiéndola así en una actividad de intercambio y socialización.

Los beneficios de aprender a tejer

1. Aprender a tejer activa los dos hemisferios de nuestro cerebro

Nuestros dos hemisferios se encuentran conectados, pero cada uno de ellos se encarga de determinadas competencias y ambos se activan cuando tejemos.

Nuestro hemisferio izquierdo nos permitirá leer el patrón, mantenernos concentrados, detectar dónde nos equivocamos y resolver el problema. En cambio, con el hemisferio derecho, podremos reinterpretar el patrón, darle un toque personal, incluso visualizarlo acabado, esto nos hace ser más eficientes en los trabajos manuales.

2. Reduce nuestros niveles de estrés

Numerosos estudios han demostrado que actividades manuales, como cocinar o hacer un curso de crochet, ayudan muchísimo a las personas que padecen ansiedad, entre otros.

La explicación es sencilla, al tratarse de tareas que requieren de mucha concentración, captan nuestra atención y nada parece más importante en ese momento, este fenómeno es conocido como fluidez. Por unos momentos, nos olvidamos de nosotros mismos, de lo que nos preocupa, del futuro…y solo estamos en el presente, creando algo que trasciende a nosotros mismos.

3. Mejora nuestro estado anímico

El centro de recompensas de nuestro cerebro, cuando hacemos algo que nos agrada o nos hace felices, libera dopamina. Se trata de un neurotransmisor que actúa en nuestro organismo como un antidepresivo natural.

Cuanto más estimulemos nuestro centro de recompensas, sin involucrar ningún tipo de medicación, más fácil será activarlo.

4. Aprender a tejer mejora nuestra motricidad manual

Aprender a tejer en el taller «La Bufanda de la iaia», nos ayudará a desarrollar la psicomotricidad fina, desarrollando así la coordinación entre nuestro cerebro y nuestras manos. Este aprendizaje se trasladará luego a otras prácticas de nuestro día a día.

Este es un beneficio muy importante para todas aquellas personas que estén en un proceso de aprendizaje, ya sean niños o adultos.

5. Eleva nuestra autoestima

Ir salvando los obstáculos, hasta conseguir esa bufanda o guantes que tanto nos gustaban, nos hará sentir realizados y nuestra percepción de nosotros mismos será mucho más positiva. Si, además, esta pieza es un regalo para otra persona, su validación o apreciación también hará que nos sintamos mejor por el trabajo realizado.

Los beneficios de aprender a tejer con personas mayores

1. Constituye un valioso intercambio intergeneracional

A pesar de la forma negativa en la que percibimos la vejez, las personas mayores aún tienen mucho que aportar y el intercambio intergeneracional es un gran ejemplo.

La socialización con personas mayores nos ayudará a entender mejor la vejez, a perder el miedo al envejecimiento y también a romper con los estereotipos edadistas. Pasar nuestro tiempo con personas mayores nos hará más empáticos y contribuirá a que envejezcamos de una forma más sana.

2. Aprendemos con la mejor guía posible

No hay duda de que tenemos miles de tutoriales con los que podríamos aprender a tejer, pero… ¿qué pasa cuando la labor no sale según lo planeado?, imagina que te quedas atascado/a, ¿a quién puedes preguntar? ¿dejas un comentario en el tutorial y esperas? Tendrías que dejar la labor a medias.

Contar con una persona que nos enseñe, con paciencia y tranquilidad, dándonos trucos para evitar errores, sin duda, hará que el proceso de aprendizaje sea mucho más ameno y satisfactorio. Además, los resultados también serán mucho mejores.

3. Incentiva la socialización

Como comentábamos al principio de este post, puedes aprender a tejer de manera autodidacta, tienes a tu disposición libros, vídeos, revistas…pero, y si aprovechamos para convertir tejer en un espacio en el que compartir, un espacio en el que socializar con personas. La socialización es mucho más divertida cuando lo haces con aquellas personas que comparten intereses contigo. Por lo general, las personas que tejen o quieren aprender a tejer son personas creativas y amantes de las manualidades, la diversión está más que asegurada. Para Amigos de los Mayores aprender a tejer es sinónimo de socialización, por eso animamos a todos a probarlo.

El nivel que tienes no es importante, ya seas principiante o lleves años tejiendo, queda a tejer con otras personas, a ser posible haz que el encuentro sea intergeneracional, y prepárate para pasarlo genial en nuestro taller «La Bufanda de la iaia».

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